| Antes de la Segunda Guerra Mundial la Psicología se centraba tanto en el estudio de los trastornos mentales, como en el desarrollo del potencial humano para conseguir una mayor productividad y autorrealización personal y social. Sin embargo, tras la guerra, la Psicología se centró en comprender la parte más patológica de la realidad humana con la finalidad de eliminar el sufrimiento provocado por los trastornos psicológicos (Seligman y Csikszentmihalyi, 2000). Cuando en el mundo occidental volvió la prosperidad económica y las principales enfermedades epidémicas ya no eran las primeras causas de mortalidad, volvió el interés por la parte más positiva de la realidad humana, como se refleja en los estudios sociológicos de los años 70 sobre el estado de la felicidad de las naciones y en el ámbito de la Medicina, con la aparición de los estudios sobre calidad de vida en los años 80 (Vázquez, 2006). Una de las paradojas dentro de los estudios del bienestar es que mientras que la riqueza de muchas naciones industrializadas ha sido casi exponencial en las últimas décadas, la felicidad de sus habitantes no ha mejorado sustancialmente, lo que plantea nuevas cuestiones a tener en cuenta a la hora de elaborar futuras estrategias para fomentar el Estado del Bienestar (Diener y Seligman, 2004). A la luz de la actual crisis económica quizás se deba replantear los modelos de diferentes ámbitos y ciencias que guían las estrategias y acciones, así como los fines que se persiguen (véase el vídeo siguiente al texto a este respecto) El análisis del bienestar y la búsqueda de indicadores objetivos han interesado a diversos estudiosos de las ciencias sociales, como sociólogos y economistas, y entre los que se puede resaltar al psicólogo y premio Nobel de Economía Daniel Kahneman. La finalidad es analizar y comprender los factores del bienestar de los ciudadanos (Kahneman y Krueger, 2006). En ámbitos como el organizacional, en determinadas ocasiones, se ha visto también la intención de buscar la satisfacción y bienestar de las personas, más allá del limitado objetivo de maximizar los beneficios económicos a corto plazo, como puede verse en la siguiente cita que Akio Morita, Presidente de Sony, que formuló en el Foro Económico Mundial en Davos, en 1992 y que recogió la prensa internacional como algo verdaderamente sorprendente (HayGroup, 2003): “Mi misión más importante es cómo hacer más confortable la empresa a los trabajadores; que sean felices en ella es mi mayor responsabilidad. En mi tabla de valores figuran primero los empleados, después los clientes y en tercer lugar los accionistas. Sin embargo, muchas empresas occidentales tienen una considerable estrechez de miras cuando están tan pendientes de los beneficios a corto plazo, de los resultados trimestrales para presentarlos en Bolsa y llevar al alza la cotización de sus acciones...” (p.159). Este interés por el estudio de los factores que contribuyen a la felicidad de los seres humanos ha comenzado muy recientemente a aceptarse como objeto relevante de estudio dentro de la Psicología. Se ha señalado como el inicio formal de la Psicología Positiva la conferencia inaugural de Martin Seligman, en 1999, para su periodo presidencial de la American Psychological Association. Algunos de sus promotores más destacados (Ed Diener, Martin Seligman, Daniel Kahneman, Chris Peterson, Csikszentmihalyi,…) figuraban desde hace años atrás entre los autores más citados de la literatura científica psicológica por logros en sus respectivos campos y en líneas de investigación que son "columnas" bien asentadas a nivel científico, mucho antes de la aparición formal de la Psicología Positiva. FUENTES: Sánchez-Hernández, Ó. (2012). Eficacia de sendas intervenciones de Psicología Positiva para la Promoción del Bienestar y la Prevención de la Depresión infantil y de la Depresión adolescente. Tesis Doctoral Europea no publicada. Universidad de Murcia. Vázquez, C. (2006). La psicología positiva en perspectiva. Papeles del Psicólogo, 27, 1- 2. VÍDEO RELACIONADO CON LA BÚSQUEDA DEL BIENESTAR GLOBAL Y LA FELICIDAD HUMANA BIEN ENTENDIDA. |